Para mi, creer en la bondad de los actos y en el corazón de las personas siempre es TODO. De verdad, si alguien viene a mi solicitando algo por alguna necesidad, no solo creeré en la persona, pero buscaré la manera de ayudarla. Me conmoveré y posiblemente eche mis lagrimitas, tendré a esas persona en mis oraciones, pero jamás dudaré de lo que me dijo.
Dicho esto, no saben ustedes cuantos desencantos me he llevado al enterarme que no todo el mundo es sincero. Sin embargo, ya llevados varios encontronazos de estos sigo creyendo en la bondad de las personas. Incluso hace un par de meses un amigo me dijo: “Nicky, quien se mete a redentor sale crucificado”. Con todas estas advertencias, aún así, ya me he llevado varías crucifixiones.
El lunes muy temprano por la mañana yo discutí con mi editora de El Viernes de Nicole, que no solo es mi editora ad honorem, pero mi amiga del alma. Nunca en tantos años de amistad habíamos tenido un momento así. Ella estaba tratando de empujarme hacia una reflexión realista y yo estaba forcejando hacia mi versión que todos los seres humanos somos buenos de corazón y que si todos pensáramos como yo tendríamos un mundo más hermoso y más humano. La discusión acabó porque ella me finamente me dijo “bueno Pulga, se feliz”.
Ella ya me conoce el lado sensible y sabe que yo lloré, anduve bajada todo el día, decepcionada de todo y de verdad, bien afectada. Y no fue por haber discutido con ella, porque sé que es una amistad a prueba de balas, pero porque ella me quería empujar hacia una realidad y yo prefería seguir con mis creencias. Mi corazón y mi mente querían debatirle todo lo que ella dijera, aunque no tuviese mucho sentido.
No les miento, anduve bajada como dos dias y yo me decía a mi misma, “Mi misma, solo porque te tiren realidades un poco irrefutables no quiere decir que hay que creerlas”. Y luego yo misma me decía cuan contradictoria se había vuelto mi mente. Así que le di pensamiento toda la semana y por fin llegué a encontrarle lógica. Y la cuestión es así: a veces nos advierten que nos vamos a estrellar y simplemente aceleramos.
Todos vemos con ojos diferentes. Habemos personas que todo lo queremos ver a través del corazón y otros de la realidad. No es que los del corazón seamos menos objetivos, pero simplemente queremos creer que en el mundo hay más bondad que maldad.
Queremos creer que hay más actos buenos que malos, aunque no sea así. Simplemente somos así un poco “optimistas miopes”. No es que seamos torpes o tontos, no. Si metemos la pata es porque somos puro corazón y confiamos. No tiene nada de malo. Solo nuestro corazón se deja guiar ante la necesidad, el amor, y la compasión, a veces hasta sin importar las consecuencias que esto acarree.
Yo sé que dirigirse solo por un compás de amor y creer que todo el mundo es igual que uno es BIEN difícil, por no decir imposible, pero fuimos diseñados así por una razón: porque no todo puede ser realidad. No todo puede ser duro, gris y triste. Para eso existimos las personas como yo, para sembrar un poquito de amor y esperanza, aunque a cada rato nos lleve el tren. No es imponernos, es solo creer que en el mundo hay mucho más bien que mal y que las personas obran como dicen que lo harán. No nos hace torpes, nos hace entregados y confiados a un mundo que desesperadamente necesita más de esto.
Así que si usted es de los míos, que es puro corazón y poca razón, no se preocupe. Va pasar malos rato, pero nos sobreponemos rapidito. El más pequeño de nuestros inocentes y “miopes” actos de amor pueden tener buenos efectos para todo el mundo. Cuando por fin nos encontramos con una persona que agradece este amor y entrega que damos, ¡Wow! Es lo más hermoso que nos puede suceder y nos impulsa a encontrar cien mil actos más de amor aunque sean contados con los dedos de la mano los que nos salgan bien.
¡Feliz Viernes! 😊
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