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Foto del escritorNicole Vaquero

No Juzgues tu vida por una Estación

Esta semana leí una frase que me ha resonado en la cabeza durante todos estos días. La frase va así:

“Una estación David era un pastor, la siguiente era rey.

Una estación Ruth trabajaba en un campo, la siguiente, ella era la dueña de ese campo.

Una estación Pablo mataba y perseguía Cristianos, en la siguiente temporada Dios lo utilizó para llevar salvación”.

Leer esto me pareció magnífico. Pensé al momento de leerla lo cierto que resultaba y, más que nada, veía como Dios tiene la capacidad de transformar cada situación en la vida. En ese momento agradecí por esos giros de 180 grados que han habido en mi vida. Sin embargo, al pasar los días fui profundizando más en aquellas hermosas palabras que van mucho más allá de los cambios radicales que existen.

Como seres humanos tenemos la tendencia a juzgar y a clasificar todo. Si un día alguien nos para la cara, es un malcriado y nos imaginamos a saber cuantas cosas malas de esa persona. Si tenemos meses que nos llueve sobre mojado en el trabajo, pensamos que ese no es el trabajo para nosotros, que siempre va a ser así de difícil y detestamos ese trabajo. Si vivimos agarrados de las greñas con nuestra familia, pensamos que habrá disyuntiva y división siempre. Así que, en esos “siempres” que nos hacemos en la cabeza, juzgamos todo de manera negativa, sin darle nunca la oportunidad de mejorar, o mejor dicho de ver las transformaciones que se dan. A lo largo de nuestra vida tenemos malos momentos y la calificamos como una “MALA VIDA”. No nos damos cuenta que el cambio está a la vuelta de la esquina.

Nuestra vida, como la naturaleza, está marcada por estaciones. El invierno que marchita todo, son los problemas que podemos tener, pero no dura eternamente. El invierno da paso a la primavera, que es cuando tenemos un campo limpio para sembrar todos nuestros sueños y esperanzas. Sembramos la semilla de nuestra grandeza. En la temporada del verano, cosechamos todo aquello que sembramos. Recogemos los frutos y las ganancias. En el otoño, finalmente, asumimos y aprendemos tanto lo bueno como lo malo que hicimos, nos re-evaluamos. Siendo honestos con nosotros mismos podemos aprender las lecciones que no han dejado las temporadas anteriores. Entraremos mucho más preparados al siguiente invierno.

Pensé en las amistades que he perdido a lo largo del tiempo, porque no esperaron mis cambios, o viceversa, los que yo no esperé de ellos. Seria fácil juzgar a la Nicole de la escuela que aparte de pajera, estaba siempre en problemas. Sin embargo, la gente que decidió esperar, ha logrado ver que solo fue una temporada, una estación, y decidieron no juzgarme por la misma. Circunstancias que yo había vetado de mi vida, porque simplemente me parecían ridículas, han cambiado y se han transfigurado de una manera increíble, de una manera favorable. No podemos juzgar nada ni a nadie por una temporada. Ni siquiera a nosotros mismos.

Recordé que mi Tita siempre decía “quien tiene suerte en el azar, no tiene suerte en el amor.” Siempre me sentí afortunada porque soy lo más salada en los juegos de azar, NUNCA me gano NADA, pero decía “¡Voy a tener suerte en lo más importante, en el amor!” Al pasar de los tiempos me he dado cuenta de lo equivocada que estaba mi brillante Tita. Aunque no he sido de lo más suertuda en el amor y sigo salada al azar, entendí que solo son estaciones. Hay buenos y malos momentos y no puedo dejar que las estaciones pasadas definan las futuras. No nos podemos dejar marcar por una serie de acontecimientos desafortunados.

Lo único que tenemos seguro es el cambio. Todos los malos sucesos que hemos tenido en nuestra vida no nos definirán ni tampoco quiere decir que sean permanentes. Porque nuestra vida no sea todo lo que nosotros nos imaginamos que sería en este momento, no quiere decir que no vaya a cambiar, no quiere decir que sea una mala vida.

Así como a David, Ruth y Pablo, nuestras estaciones también cambiarán. Jamás juzguemos nuestro camino y el de los otros como malos. Démosle tiempo al tiempo y dejemos que la vida haga lo suyo. Mi Tita se equivocó, solo es un mala estación, no es mala suerte.

¡Feliz Viernes! 😊

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