El Viernes de Nicole
Título: Los Inevitables 30
¿Pueden creer que este es el último Viernes de Nicole del año? ¡O sea, EL ÚLTIMO VIERNES DEL AÑO! Yo todavía no me lo creo. Se fue demasiado rápido.
Estuve reflexionando mucho sobre con qué tema debería de cerrar el año, y llegue a la conclusión que el tema que más domino soy YO y mañana cumplo 30 años… (Espero que digan “¡Wow! ¡No puede ser! Parece de 18”)
Al estar en vísperas de entrar a esta significativa edad, me he puesto a pensar en lo que ha sido mi camino. Si durante estos casi, casi 30 años he logrado cumplir mi misión en esta vida. Me auto examiné, hice una lista de las cosas que han cambiado en mi vida, no solo en el último año, sino desde la “edad del burro” (13-18 años) hasta ahorita. De verdad es sorprendente el cambio. Hablo desde andar una colochera de pelo suelta, jeans que “barrían” el piso y ser contestona; a tener un pelo más civilizado, a meditar un poco más antes de comerme a alguien vivo cuando voy a contestar y usar mejores jeans.
Comencé a meditar mis decisiones, mis errores (que han sido muchos), mis aciertos, y mis logros. Todo aquello que dejé y todo lo que emprendí en estos años. Cuanta impaciencia tuve por forzar cosas que nunca iban a suceder. Cuánto quería adelantar mi camino para tal vez encajar en un patrón que me habían dado y que no era el mío. Me asusté de los errores cometidos por tratar de encajar en ese patrón. Medité sobre todas las personas que se habían cruzado en mi camino y que ya no estaban y sobre todas las personas que han entrado a mi vida y se han quedado.
De verdad, si vemos a la Nicole de hace 15 años, sentada en el Café Tortoni viendo un tango y soñando con Neruda, y luego a la Nicole de hoy, nos puede dar algo. No es que dejé de soñar con Neruda (eso nunca), ni tampoco el cambio físico (que es sorprendente), pero si me di cuenta de cuánto cambio hay en mi. Comencé a entender, a través de esto, que el camino no es una línea recta, sino un espiral. Continuamente regresamos a cosas que pensábamos haber entendido y logramos darnos cuenta de verdades mucho más profundas.
Comprendí mis luchas, mis causas, mis dramas y mis angustias durante todos estos años y cómo estas se han ido modificando. Entendí en esta reflexión que el día que menos lo esperé, todo se acomodó y se sigue acomodando. Que nos damos cuenta qué es lo que realmente vale la pena y qué no. Aprendí a darle menos importancia a lo que los demás piensen de mi, y a que me importe más lo que yo pienso de mi misma.
Y es en un análisis así donde realmente te das cuenta de lo lejos que has llegado y recordas la época en que todo parecía un desastre, y cómo ese desastre era un proceso que tenías que pasar para ser la persona que sos hoy. Cuando por fin lleguemos a esa mágica realización, sonreiremos y estaremos tan orgullosos de nosotros y de la persona en la que todas nuestras peleas, errores y retos nos han convertido.
Nos damos cuenta que siempre debemos escoger ser felices. Que un mal momento, será solo eso: un momento. Aprender a entender el propósito de los baches en el camino y desde ellos saber crear algo nuevo y maravilloso.
A principios de septiembre encontré una maravillosa imagen que decía, “Ojalá te pase algo “bonito” que te haga sentir que el año valió la pena, antes de que se termine”. Siendo la persona positiva que soy yo pensé, “aunque mi año termine exactamente igual como lo comencé o como termino el anterior ES UNA GRAN BENDICIÓN”. Pero al entrar en esta reflexión de mis días, mi último año, me di cuenta de cuán diferente fueron estos pasados 365 días. Cada día fue un reto, cada día fue una lección, fue un aprendizaje para prepararme para la llegada de mis 30 años. Para entender que sin importar cuantos cambios físicos sobrellevé, mis pasiones, mi corazón y la persona en que me he convertido, me llenan de orgullo. Sin importar cuantos errores haya cometido lo más importante es que seguí adelante y he ido construyendo mis sueños desde donde sea.
Así que mis queridos lectores, mis deseos para ustedes es que algo verdaderamente bonito les pase, que les haga sentir que todas sus luchas a través del año valieron la pena. Siempre recuerden su vida es más grande que sus miedos, sus fuerzas mayores que sus dudas y, aunque su mente esté confundida, su corazón siempre conocerá la respuesta.
¡Puedo decirles que termino mi año y empiezo uno nuevo con mi corazón lleno de amor, con mi vida llena de esperanza y esperando que el 2019 me sorprenda! Los inevitables 30 son momento de celebración, no de preocupación, reconociendo en las personas espectaculares en las que nos hemos convertido y que esas pequeñas arruguitas son muestra de cuanto hemos gozado.
¡Feliz Viernes, Feliz cumpleaños adelantado para mi y Feliz Año! 😊
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