Estamos en la sexta semana de la cuarentena. Hemos limpiado nuestra casa, arreglado el jardín, hecho un sin fin de retos en las redes sociales. Hemos hecho encuestas, algún test que nos diga qué tipo de personalidad de perro somos. En lo personal, lo admito, ya hice el test para ver qué tipo de inteligencia soy, qué tipo de perro, qué versículo bíblico, entre otros. También he hecho retos de fotos que me han llevado a recordar bellos momentos que viví hace mucho, como a la vez apreciar los momentos de otros.
Creo que todos, en algún punto u otro, nos hemos quejado de la cuarentena. Hemos tenido ya encontronazos con las personas con las que convivimos; estamos desesperados por regresar a trabajar; tenemos miedo por la economía; en fin, miles de sentimientos y angustias que son totalmente justificables después de todo esto. Después de este tiempo de encierro, todos podemos estar padeciendo de un poco de “fiebre de cabina” (la angustia que puede padecer una persona o un grupo de personas al estar recluidos por una cierta cantidad de tiempo en un mismo espacio). Cada día vemos más lejano aquello que era nuestra vida antes del Covid-19.
Así como he visto en las redes un sin fin de retos, no todos los más recomendables, también he visto muchísima negatividad, angustia, quejas y terror. He abierto mensajes solo para encontrarme con cualquier número de comunicados que resultan ser falsos. He escuchado gente decir que prefieren que “el gobierno tome la decisión de abrir ya y que pase lo que tenga que pasar”, olvidándose así, de la importancia de la vida humana. He visto tanto que entré en estado de shock al inicio de la semana. Leí un comentario que me estremeció de tal manera que decidí que había que darle vuelta a la forma en que estamos pensando.
El mundo entero necesita gratitud, pero si empezamos por nosotros, podemos enseñarles al resto cómo se hace.
Me he dado cuenta que nosotros nos hemos encargado de muy literalmente “viralizar” el miedo, la queja, la angustia y la mentira. En lugar de aprender a apreciar este momento que se nos está regalando, este espacio para “re aprender” todo lo que hemos olvidado: como ser cálidos, cariñosos, como agradecer cada cosa que tenemos; nos hemos dedicado a quejarnos y no apreciar lo que tenemos ni a las personas que hacen posible que podamos llevar mejor esta cuarentena.
Así que pensé, “Démosle vuelta al pensamiento”. En lugar de una campaña de negatividad, terror, angustia y quejas, yo propongo la gratitud y el ánimo a todas las personas que han hecho de estas 6 semanas más llevaderas. Ideé un reto de 8 días, (que no consiste en nada loco, bueno hoy en día hacer este tipo de cosas e iniciativas son consideradas locas), si no en llevar cada día un mensaje de agradecimiento y ánimo a 8 rubros que han estado en la línea de fuego, dándolo todo por que nosotros podamos estar en casa a salvo.
¿Se pueden imaginar ustedes que al menos el 16% de los contagiados reportados son médicos, enfermeras y personas que trabajan en el sector salud? Y aún así, ante estos números aterradores, siguen ahí, dándolo todo para ayudar a todo el que llegue. Pero este reto no solo se queda aquí, si no que va al personal de las farmacias, el del supermercado, guías espirituales, bomberos, personal del tren de aseo, los periodistas, distribuidores de comidas a domicilios. Estas personas que se han arriesgado día a día para suplir cada una de nuestras necesidades. Nosotros, poco o nada hemos tenido que movilizarnos. Estas personas no han parado de brindarnos sus servicios, dejando el miedo a un lado y poniendo el pecho por nosotros.
Así que decidí, como ahora todo es una moda, poner de moda la gratitud. Me dedicaré en los próximos 8 días a subir imágenes de agradecimiento a mis redes, retando a TODO TIPO DE PERSONAS para que juntos hagamos viral la gratitud. Quiero que todas las personas que están arriesgándose para que nosotros tengamos una mejor cuarentena, sientan nuestra gratitud y nuestro abrazo. Quiero animar a cada uno de estos héroes, diciéndoles que su lucha diaria vale la pena y que si no fuera por ellos, no quedaría nada de nosotros.
Estructurar este reto no ha sido nada fácil, pero me he encontrado con personas maravillosas que así como yo, están dispuestas a poner la gratitud de moda. ¡Vamos a darle un giro de 180 grados al pensamiento! ¡Vamos a dejar atrás la queja y abrir paso a la gratitud! Primero Honduras y después… el mundo. ¡Feliz Viernes! 🙏🏼
Hoy nuestra gratitud va a todas las personas que trabajan a diario en hospitales, clínicas, ambulancias. Médicos, enfermeras y toda persona que trabaje en el sector salud.
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