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La Gente Feliz J*de Menos

Estos días se me han pasado en un abrir y cerrar de ojos. Cuando la estás pasando bien, el tiempo vuela. Cuando regresas a tus actividades normales después de días de felicidad y tranquilidad, la verdad es que cuesta. Cuesta volver. No es que sea haragana, pero no puedo dejar de reconocer que reincorporarme a mi vida normal ha sido difícil.

En estos días me encontré pensando en mis propósitos para este 2021. Meditaba en las metas que debía trazarme tanto espirituales, personales, profesionales, físicas y más. Pensaba en cómo el año pasado había empezado de esta misma manera el año, para encontrarme que las metas trazadas no serían exactamente como las había planeado. De hecho, para nada como las había planeado. Por algún momento pensé: “¿Para qué voy a planear si al final uno propone y Dios dispone”. Tuve este pensamiento cada vez que una secuencia de ideas comenzaban a fluir.

Siéndoles honesta, mi 2020 no fue nada malo. Aprendí a apreciar cada una de las cosas que tengo y me di cuenta que las que consideraba pequeñas resultaron ser las más grandes. Aprendí a agradecer. Aprendí que estar encerrado puede redireccionar tu vida en muchos sentidos. Uno de mis sueños se hizo realidad y comencé a diseñar camisas de El Viernes de Nicole. Compartí tiempo con mi familia de una manera tan única, qué tal vez nunca había compartido, pese a lo unidos que somos. Encontré amistades y relaciones perdidas en el camino de la vida. Tuve una celebración en grande para mi cumpleaños. Cómo les digo, mi 2020 gracias a Dios estuvo lleno de mucho crecimiento.

Si estás ocupado siendo feliz, te aseguro que todo lo demás pasa de largo 😬

Fue tan bueno que comencé a pensar en lo que había hecho ese año tan atípico, uno que me llenaba de satisfacción. Obviamente pensé en el hecho que estar trabajando desde la comodidad de mi hogar, hacía todo mucho mejor y más fácil. Sin embargo, había un sentimiento muy fuerte. Algo que prevalecía mes a mes, sin importar los hechos. Era algo que obviamente conozco muy bien, sin embargo, no sé si nunca había reparado en cada mes de mi vida como ahora o simplemente lo había pasado por alto, pero me di cuenta que la constante en mi 2020 fue la felicidad. Hubo felicidad para cada día del año. Por duro que hubiera sido: la felicidad siempre prevaleció.

Creo que cuando estamos felices, por muchas cosas malas que se nos presenten, reaccionamos diferente. Cuando llegamos a tener esa sensación de bienestar y esa realización de lo que tendemos a llamar metas o sueños, no es por nada y perdonen lo franca que estoy siendo, pero jodemos menos. ¡La gente feliz de verdad que jode menos! Cuando estamos felices todo se alinea y aunque llueva por fuera descubrimos que llevamos el sol adentro y la felicidad por lo tanto no depende de nada ni nadie más que de nosotros mismos y nuestra habilidad de transformar los problemas y circunstancias, por despiadadas que estas puedan parecer.

Mi 2020 de verdad fue tan diferente porque fui feliz cada segundo del mismo. No les estoy diciendo que no hubieron problemas ni estreses, ni gritos, ni enojos, pero me di cuenta que hay que elegir la felicidad día a día. El camino a la felicidad no esta pavimentando con tener o ser más, pero está en la habilidad de aprender a disfrutar con menos. Debemos entender que la felicidad no depende de los demás, ni las pandemias, ni de los problemas, pero la felicidad depende exclusivamente de nosotros.

Así que mis queridos saltamontes: ¡SEAMOS MÁS FELICES Y JODAMOS MENOS! Pongámonos de meta este año ser total y absolutamente felices. Escojamos la felicidad día a día y contagiemos a las personas con nuestro “joie de vivre”. Ayudemos a las personas a ser más felices y a chingar menos. ¡Créanme que generaremos un efecto tal que se nos olvidará como se siente que alguien nos esté jorobando la vida! ¡Así que no esperemos más! Decidamos ser felices hoy.

Estoy dispuesta a aplicar esta misma receta para este 2021 y sé que grandes cosas vendrán.

¡Feliz Viernes! 😊

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¡Gracias por suscribirse a este proyecto de amor y luz! Espero que disfruten cada viernes de estos artículos en los cuales dejo parte de mi alma en ellos. Llamaron alma a lo que no pudieron explicar del cuerpo y llamaron Viernes de Nicole a lo que no pudieron explicar del alma. ¡Disfruten!

© 2020 El Viernes de Nicole

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