Creo que como seres humanos nos frustramos cuando queremos algo y no sucede de la manera en que esperamos. Nos enojamos, le damos mil vueltas al asunto, nos recriminamos nuestro actuar y a la vez el de otros. Queremos entender que fue lo que hicimos mal y lo que sucedió. Lo vemos todo como problema. Estamos prensados de lo malo sin ver ciertas posibilidades o ventanas que son factibles que nos podrían dar un mismo resultado o incluso uno mejor. Creo que todos hemos tenido ese momento en el que relinchamos porque las cosas no sucedieron como nosotros esperábamos. ¿Qué pasaría si estuviésemos dispuesto a aceptar lo que sucede con una actitud positiva? ¿Cambiaría nuestra actitud? ¿Seríamos personas más felices, más satisfechas? Hace un par de semanas fui invitada por una amiga a vivir la experiencia Tedx Women San Pedro Sula. En diversas ocasiones me habían invitado a estas charlas y nunca había ido por distintos motivos. Ese día fue increíble. Aprendí muchísimo de las experiencias y de las historias de las personas, de las actitudes, y de los caminos que la vida puede tomar. Honestamente, salí muy inspirada de escuchar historias tan transformadoras. Mi turno fue el último. Iba a hablar de mi idea de “El Viernes de Nicole” y como podemos cambiar el mundo con actitudes positivas. No tenía absolutamente nada preparado, pero conozco mejor que nadie mi proyecto y no se me hizo difícil transmitir la idea. Estuve más emocionada cuando se me aviso que iría a la segunda ronda. Hubo más emoción en mí cuando me dijeron que había llegado a la ronda final para poder ser expositora; y, este martes pasado, se me pondría en conocimiento si hubiese sido escogida. Esperaba con gran emoción el correo que me daba la noticia que afirmativamente estaría en octubre exponiendo. Llegó el martes y pasaban las horas y no recibía el correo. Mi semana en el trabajo estuvo verdaderamente explosiva y aunque recibía perturbadoras noticias, las agarraba todas por el lado positivo. Sabiendo que en cualquier momento recibiría el correo electrónico donde se me notificaba la noticia de participar en Tedx. Al día siguiente, sabía que tenía un día pesado, así que me dispuse a levantarme temprano. Abrí mi correo y estaba el mensaje de Tedx en donde me informaban que esta vez no participaría. Sentí un pequeño golpe en mi corazón y me resultó un tanto entristecedor, pero sabía que no podía ponerme a meditar eso o repasar el proceso, cuando me esperaba un día tan ajetreado en mi oficina. El día terminó y resultó ser tan agotador que había olvidado por completo el asunto de la charla. Cuando me disponía a acostarme, pensé en que realmente yo no tenía el tiempo que se requería en ese momento para dedicarle lo mejor de mi. Me di cuenta que me pude haber comprometido y al final hubiera sucedido algo en mi trabajo que me previniera de cumplir a cabalidad con las obligaciones que implica un evento así. Verdaderamente, me sentí aliviada de que no me había comenzado a cuestionar o sentirme mal porque no me escogieron si realmente yo no podía adquirir ese compromiso en ese momento. Creo que cuando nos comprometemos a hacer las cosas, debemos dar el 200% de nosotros mismos. Debemos lograr la satisfacción de un trabajo bien hecho. Sin embargo, a veces pensando que seremos mejores o más eficaces personas, agarramos más de lo que podemos manejar en el momento. Cuando algo no sale como esperábamos nos sentimos frustrados, tristes, enojados y angustiados. No vemos lo que ya tenemos y lo que puede estar por venir. Nunca logramos ver a futuro en lo que resultará que algo no ocurra como nosotros esperábamos. Perdemos nuestra paz y nuestra alegría de algo que nos puede estar previniendo de incurrir en un error, en un problema, o hasta de fallarnos a nosotros mismos. Queremos abarcarlo todo. Saber esperar con paciencia a que las cosas lleguen en el momento adecuado, es el mejor camino que podemos tomar. No quiere decir que sea un camino fácil, pero creo que sin duda es el menos cansado. Saber ver cada cosa que sucede o no sucede en nuestras vidas como algo positivo, nos dará un enfoque más claro y más objetivo de nuestra realidad y de que lo que venga será mejor. Si algo está destinado a suceder, no tendrás que perseguirlo, ese algo te perseguirá a ti. Que nuestro cerebro pueda estar en comunión con nuestro corazón, para no desesperarnos ni preocuparnos por lo que sucede, ese es el camino a la paz y al éxito. Las mentes calientes nunca logran ver el abanico de posibilidades que se les puede presentar, porque están fijas en todo aquello que no sucedió; sin embargo, las mentes frías, pueden ver, observar y saber que con paz y tranquilidad todo llegará en el momento, tiempo y circunstancia adecuada. Mi charla de Tedx no sucedió, por ahora. Estoy segura que en un futuro muy cercano estaré preparada y lista para saber tomar ese escenario con mi idea e inundar al mundo en el que vivimos de amor, positivismo y luz, sabiendo que todo lo que venga siempre será lo mejor que pudo haber sucedido. Lo que está destinado a suceder, siempre encontrará una forma única, mágica y maravillosa para manifestarse.
¡Feliz Viernes! 😊
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