¿Cuál es el uso que damos a nuestras palabras? ¿Cómo nos expresamos? ¿Cómo nos referimos a nosotros mismos y a otros? Las palabras son lo más poderoso que tenemos para crear. Es a través de ellas que podemos comunicarnos, expresar nuestros deseos, nuestras intenciones; y, es a través de las palabras que materializamos nuestras acciones. Es con las palabras que podemos llevar a que otros tomen decisiones, cambiar sus actitudes e incluso hacerles creer algo verdaderamente imposible puede suceder. Hay tantas palabras de las que podemos escoger. ¿Han meditado alguna vez sobre las palabras que se dicen a ustedes mismos? ¿Sabemos realmente el poder que encierra cada palabra? Desde el comienzo de la semana pensé acerca del tema de hoy, pensaba cuánto las palabras nos afectan, sea para bien o para mal. Podemos deleitarnos en las dulces palabras, sumergirnos en las más bellas novelas y transformar nuestros pensamientos. ¿Qué sucede realmente cuando las palabras no son las propicias ni las adecuadas? ¿Qué sucede cuando las palabras destruyen en lugar de edificar? Recientemente leí una noticia acerca de una muchacha que indujo a su novio al suicidio. Ambos estaban entre las edades de 17 y 18 años. El muchacho fue encontrado muerto en el interior de su vehículo en un estacionamiento de supermercado, en Massachussets, tras inhalar monóxido de carbono. Aparentemente, el había expresado sus dudas a su novia via mensaje de texto. Los mensajes de ella, lejos de evitar la muerte de su novio, lo alentaban. Según los rastreos telefónicos los mensajes eran los siguientes: “Te lo estás poniendo más difícil para ti mismo, tienes que hacerlo ya” sentenciaba; “Vuelve a meterte al coche y hazlo ya”; “Finalmente vas a ser feliz en el cielo. No habrá más dolor”. Los mensajes de la adolescente no solo son alentadores para cometer la acción, pero ella incita al joven a quitarse su propia vida, esperanzándolo a un mejor porvenir. Actualmente, ella enfrenta una sentencia de 20 años, ya que se le acusa de ser responsable de asesinato culposo. Al leer esta noticia solo pude pensar en el uso de nuestras palabras. Me impactó sobre manera que alguien con su juventud y su “inocencia” pudiera inducir y presionar a alguien a quien supuestamente quería a quitarse la vida. Éste joven, con una vida por delante, terminó su vida azuzado por su novia. Siempre decimos que las palabras se las lleva el viento, pero las palabras no se las lleva ningún viento. Las palabras tienen tanto poder sobre nosotros, curan o hieren a una persona. Nunca se imaginó esta joven el poder que podían tener sus palabras, ya que por primera vez en la historia se sienta precedente por el poder de nuestras palabras en el estado de Massachusetts. Ya que no existían parámetros jurídicos. En lo particular a veces yo me refiero a mi misma como “que tonta soy” o caigo en la mala costumbre de hablar de alguien. Mi palabra deja de ser impecable al momento que emito algo que no haga un buen impacto sobre algo o sobre alguien. Me parece que no somos conscientes del uso de nuestras palabras y todo lo que ellas pueden generar. En ocasiones, emitimos palabras hirientes, especialmente cuando estamos enfadados, y después nos arrepentimos, pero el daño ya está hecho.
Que hermoso sería poder expresar solo palabras edificantes sobre nosotros mismos y los que nos rodean. Que bonito sería jamás denigrar ni destruir con nuestras palabras. ¿Adivinen que? Si se puede. Si podemos ser impecables con nuestras palabras. Podemos meditar sabiamente antes de hablar; cuidando nuestras palabras y hablando en la manera en que nuestra alma y en la de los demás quede paz. Toda la magia que poseemos está basada en la palabra. Tu palabra es pura magia y su uso equivocado es magia negra.
Las palabras si importan. Todas las palabras lanzadas tienen fruto. Depende de nosotros si queremos sembrar palabras que florezcan o palabras que marchiten. Si queremos edificar o destruir. Sembremos palabras para cosechar cosas buenas en la vida, sembremos palabras de cariño, fortaleza, energía y victoria. Sentar un precedente jurídico por primera vez por la emisión de nuestras palabras me parece una acción valiente y sin igual. Cuidar nuestras palabras es cuidar de nosotros mismos y el mundo que nos rodea. ¿Como utilizas tu tus palabras?
“Se dice que la palabra distingue al hombre de las bestias, pero es la palabra precisamente la que revela muchas veces la bestialidad de algún hombre”. Carlo Bossi ¡Feliz Viernes! 😊
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