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Foto del escritorNicole Vaquero

El Chisme


¿Nos gusta el chisme? ¿Han disfrutado escuchar de un “buen” chisme? ¿Alguna vez han escuchado murmullos acerca de alguien, a veces sin conocerlos, simplemente aceptándolos y otras veces mejorándolos?

Estamos abiertos siempre a escuchar lo que se dice de los demás. Muchos guardamos silencio, pero absorbemos todo lo que se dice. Habemos otros que nos unimos y, no sólo servimos de receptores, pero en un par de días nos volvemos comunicadores. Decimos “no es que me guste el chisme, pero me entretiene”, y nunca hacemos algo por evitar las palabras que pueden afectar a otra persona. ¿Qué pasa cuando somos nosotros el objeto del chisme? Sabemos que se habla de nosotros y que se degenerará con el tiempo y la transmisión de una persona a la otra ; y lo que simplemente comenzó como un rumor, se hace más grande. Duele a veces que las personas puedan transmitir pedazos de nuestra vida íntima y que se degeneren a medida la voz se va corriendo. Pasa que a veces somos objeto de rumores inciertos que afectan nuestro desempeño laboral, personal o social. Nos afecta cuando no tenemos quien pueda cambiar ese panorama tan oscuro, poniendo las cosas claras y, tal vez, poner en duda aquello nocivo que se está contando , dandole el beneficio de la duda a la persona que está siendo agredida.

Es terrible ser juzgado por palabras tiradas al azar, hiriendo a las personas de las que se habla y los que las rodean.


La semana pasada viví una situación en la que mi integridad estaba siendo puesta en duda por palabras que se habían lanzado sin fundamento ni sentido. Fue verdaderamente preocupante saber que una persona podría poner en duda mi integridad por el hecho de que no había hecho algo que quiso que yo hiciera y que no me pareció correcto. Desde ese día, esa persona no tuvo paz. Hablando a mis espaldas y alegando cosas que no eran ni remotamente ciertas; y aunque hubiesen sido ciertas, eran personales y no afectaban en lo absoluto mi desempeño. No creí jamás que sus palabras pudiesen tener eco o resonancia; sin embargo, ¡me equivoque!Aunque todo salió bien y no tuve ningún problema y puede demostrar que, en efecto, dichas alegaciones eran falsas, fue horrible sentarse en un banquillo como acusada, sin saber realmente qué era lo que sucedía. Después de un rato de confusión y de sentir una pesadez en mi, una persona que yo no conocía se acercó a mi. Me dijo: “Tranquila, no se preocupe. Todo va a estar bien. Yo solo sé de usted por referencia, pero conozco este ambiente y *”sé que eso que dijeron no es cierto”*. En ese momento las palabras de esta persona fueron un bálsamo para mi. Me sentía tan agradecida de que sin haberme visto jamás en la vida, tuviera la convicción de que yo no había obrado mal y que todo estaría bien. Fue tan reconfortante sentir que, de cierta manera, alguien me defendía, alguien puso un alto a lo que se decía de mi , sin yo solicitarlo.

Esa persona se ganó mi entero respeto. Había evitado un chisme, le había puesto un alto y no lo había divulgado. Había hecho todo lo posible para no transmitir lo que ella había escuchado, se hizo de oídos sordos y trajo paz al ambiente. Creo que los chismes y los rumores existen desde el principio de los tiempos.

Creo que la sociedad inherentemente busca el chisme. Guerras, conflictos, disputas se han generado con base en un rumor. A veces se hace para escalar a ciertas posiciones, otras para mero entretenimiento, sin importar la razón para la que se utilice, está ahí. ¿Nos podemos imaginar un mundo sin que se hable de alguien en mal? ¿Disfrutamos de la misma manera cuando se nos cuenta un chisme a cuando se nos transmite algo bueno? ¿Reproducimos a la misma velocidad las cosas buenas que las cosas malas? Creo que lamentablemente el morbo o curiosidad por saber que sucede con un chisme , es mucho más veloz y eficaz que las buenas acciones. El chisme emite un triple veneno, porque hiere al que lo dice, al que lo escucha, y a la persona de quien se habla. ¿Se pueden imaginar una vida en la que no se calumnie, ni de inventen chismes que afecten a las personas? Un mundo en el que los logros, añoranzas y sueños siempre sean objeto de divulgación a la mayor velocidad. Después de la semana pasada, de ver la actitud de la persona que me tranquilizó, me di cuenta que no era difícil. Que si tuviéramos una actitud de poner alto a aquello que sabemos se maneja como chisme, sin continuar su propagación y haciendo caso omiso del mismo, la vida que llevamos y el mundo que nos rodea sería mucho más sano. La semana pasada dejó en Mí grandes lecciones, siendo la de poner un alto al chisme y habladurías. No se resuelve nada hablando y dañando a una persona, sea cierto o sea mentira. No nos hace grande repetir todo aquello que llega a nuestros oídos, pero si lo que estamos dispuestos hacer con eso, siendo el silencio y la sabiduría, la mejor de las soluciones.


Les propongo un ejercicio simple, durante esta semana en lugar de entretenernos con un chisme, pongámosle alto, guardando silencio sin repetir lo que se escuchó y más que nada sin “mejorar” lo que se nos contó. Veamos cómo nuestro entorno se sanea y vivimos más felices y en paz. ¡Feliz Viernes! 😊

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