Estas últimas semanas he tenido muchísimas ideas nuevas para continuar con mi iniciativa de llenar de positivismo a las personas, las redes sociales y todo lo que nos rodea. Sin embargo, aunque las ideas han llegado, no las he materializado porque simplemente no he sentido el ánimo para hacerlo. No sé si han sido las convulsiones sociales por doquier, o si es la reapertura inteligente de Honduras en medio de la pandemia, la cual no estamos preparados para afrontar, o si es el hecho de que vemos este tiempo transcurrido en cuarentena con una displicencia terrible, como algo inútil, que pasó y no dejó nada en nosotros; pero simplemente cada vez que me siento a esbozar ideas terminan en nada. A veces me siento decepcionada de la humanidad y me incluyo allí. Porque podemos ser bien, perdonen mi delicadeza, pero bien cabrones. En nuestra manera de pensar, de ser y de actuar.
A finales de la semana pasada sabía exactamente lo que iba a escribir hoy (obviamente no les voy a contar que era porque es un tema que utilizaré en otra ocasión), pero ayer mientras el día transcurría, hablé con mi editora. Al final de la conversación me envió una imagen con una frase y me dijo que no sabía si ya tenía “El Viernes de Nicole” pero que esa frase me podía inspirar a escribir algo.
La frase, originalmente escrita en inglés por Leslie Dwight, se traduce de la siguiente manera:
“¿Qué tal si el 2020 no está cancelado? ¿Qué tal si el 2020 es el año que hemos estado esperando?Un año tan incomodo, tan doloroso, tan escalofriante, tan crudo, que finalmente nos obligue a crecer. Un año que grita tanto que finalmente nos despierte de nuestro ignorante sueño. Un año donde finalmente aceptemos que debemos cambiar. Declara el cambio. Trabaja por el cambio. Conviértete en el cambio. Un año donde finalmente nos unimos en lugar de separarnos. EL 2020 NO ESTÁ CANCELADO: ES EL MÁS IMPORTANTE DE TODOS”.
La Municipalidad de mi ciudad, San Pedro Sula, ha puesto estos carteles por toda la ciudad. Ayer que salí a hacer una diligencia, me pareció irónico; sin embargo, el día de hoy sé que es la esperanza.
Al enviarme mi editora esa imagen, de inmediato reflexioné en mi actitud, en mi ánimo durante las pasadas semanas. Después lo comencé a ver en diversos perfiles y pensé: “No voy a escribir sobre algo que ya todo el mundo leyó”. Entre más lo leía, más analizaba cada palabra, más me calaba eso que el 2020 no estaba cancelado. Todos hemos recibido correos de cancelación en los últimos 3 meses. Ya sea para algún evento importante como las graduaciones, bodas; o cancelaciones de vuelos a otros destinos o mucho peores, como la cancelación de contratos de trabajo y así hay miles de cancelaciones más y de peor índole. Han habido tantas cancelaciones en nuestras vidas últimamente que es inevitable pensar que el 2020 está cancelado, que las probabilidades de que algo extraordinario suceda, aparte de sobrevivir, están canceladas.
La frase me despertó de mi mentalidad sosa por las últimas semanas. El 2020 es un año tan cuesta arriba que nos tiene que despertar. Es un año tan incomodo, tan retador, que nos obliga a cambiar. Es un año donde dejamos atrás el “yo” y nos tenemos que cuidar los unos a los otros. Es un año que ha puesto sus reglas y condiciones y que es nuestro deber como humanidad, cambiarlas, re adecuarlas y transformarlas en algo increíble. Es con estos retos que creceremos. Es ahora, durante las incomodidades que vivimos y que viviremos por mucho tiempo, que nos obligan a florecer, a crecer derechos y altos como los girasoles.
Con el propósito del cambio El Viernes de Nicole nuevamente lanza otra frases que nos inspiran a ser luz y energía en medio de este nublado 2020. #yosoyungirasol y #somosgirasoles son las etiquetas que invadirán las redes.
Desde muy chiquita he sido aficionada a los girasoles. Me encanta lo alegres que siempre se ven, lo frescos que son. Cuando ves un girasol en alguna parte, siempre hay color, esperanza y alegría. Siempre ha sido mi flor favorita. Hace algún tiempo, ya siendo mi flor favorita, me di cuenta de una cualidad extraordinaria de los girasoles, y es que durante los días soleados pues obviamente sabemos que ven al sol para poder tomar todos sus nutrientes; pero su verdadero logro es en los días nublados. Cuando no hay sol, los girasoles se ven los unos a los otros para nutrirse y darse energía entre sí. No se apachurran ni bajan la cabeza, sino que erguidos y elegantes dan lo mejor de sí mismos a los que los rodean. En lo nublado del 2020 todos nos debemos convertir en girasoles.
El 2020 no está cancelado. Sus actividades cambiaron. Las rutinas ya no existen. Cada paso es nuevo y nosotros también. El 2020 es el año que cambió nuestras vidas y estoy segura para mejor. Estoy segura que sobrevivir no es el único milagro que presenciaremos, si no que seremos testigos de una transformación trascendental que nos despertará a una vida mucho mejor. Creceremos en este año erguidos y resplandecientes para darle luz a los demás, igual que los girasoles. #yosoyungirasol ¡Feliz Viernes! 😊🌻
No tenia fotos con girasoles 🌻 Pero aquí ciertamente, me siento como uno.
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