Mis papas ven un programa mexicano todas las mañanas. En dicho programa hay un segmento en el que sale una mujer dando el horóscopo diario de cada signo. Me cae re mal que mis papás vean esta parte porque yo no creo en los horóscopos, sin embargo, la mujer siempre tiene una parte en la que dice: “Cariño, si a alguien le molesta tu brillo que se pongan lentes”.
La vida muchas veces nos presenta con personas que quieren quitarnos nuestro brillo. Personas que sin importar cuán bien hagamos las cosas siempre van a encontrar un defecto en ellas y en honor a la verdad, resulta desmoralizante que sin importar cuánto uno se esmere por hacer las cosas bien, se te arranquen esa satisfacción de un trabajo bien hecho.
¿Les ha pasado que trabajan duro, ponen todo su empeño en algo y siempre hay gente que les baja el ánimo?
A mí me pasa a cada rato que estoy haciendo algo con felicidad y con mi mejor esmero y viene alguien que quiere encontrarle un pelo a la sopa. Sin embargo, esta semana al darse una situación de estas, en lugar de amargarme, frustrarme y dejar que la arruga que tengo en el entrecejo se me pronunciara más de lo normal, decidí luchar contra esos comentarios. Decidí, con un tanto de miedo, respingar y no quedarme callada. No dejando que esos comentarios repercutieran en mi salud, en mis relaciones interpersonales y más en esa arruga que les conté que tengo.
Por lo general cuando estos comentarios suceden, siempre nos quedamos callados. Siempre decimos: “mejor trabajo duro y en silencio y al final veré mi recompensa”. Quedarnos callados, a veces si es bueno, pero no podemos permitir que se nos avasalle, que nos aplaste y que se nos humille, haciéndonos sentir peor, solo porque alguien cree tener ese poder sobre nosotros. Nos enfermamos, andamos tristes, preocupados y a la defensiva con todo el que se nos acerca.
Pero les cuento un secreto, nadie nos puede hacer sentir mal si nosotros no se lo permitimos.
Sin importar del sentir de la gente hacia nosotros, tenemos que decidir ser completamente felices y amarnos a nosotros mismos. Tener esa confianza en que actuamos correctamente y que nosotros valemos mucho. Que los comentarios negativos de personas a las que les falta un poco de escarcha en sus vidas no tienen por qué afectarnos. Tenemos que confiar que todo estará bien siempre.
Así que cada día que alguien nos quiera robar nuestro brillo, no los dejemos. Seamos respetuosos, pero no dejados. Humildes, pero no humillados. Cada vez que recibamos estos comentarios, desechémoslos y no les demos un espacio en nuestra mente, en nuestro corazón, en nuestro espíritu y menos en nuestro entrecejo (el Botox es caro).
Y recuerden siempre: “Si a alguien le molesta tu brillo que se ponga lentes”.
¡Feliz Viernes! 😊
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