Este viernes es en extremo especial. No solo seguimos en febrero, pero ya inició la cuaresma. Esta semana yo pensaba en lo rápido que ha transcurrido el tiempo de una cuaresma a otra. Mientras estábamos en medio de la cuaresma del 2020 estalló la pandemia a nivel mundial. Creo que todos, hasta el más incrédulo, por un momento volvió la vista a lo alto.
Yo sé que no todo el mundo vive la cuaresma. También sé que no todo el mundo es ni cristiano ni católico. Sin embargo, estando en este mes febrero, dedicado al cariño y al amor, pensaba en lo curioso que es que el mundo entero, si los vemos de esta manera, lleva prácticamente un “año de cuaresma”, seamos cristianos/católicos o no. La cuaresma es un tiempo de “recogimiento” en el cual pensamos, sentimos y nos ubicamos mejor. Es un tiempo en cual crecemos en amor. Y si vemos bien, es lo que la pandemia nos ha enseñando en este período, en el que pese a las vicisitudes que se han presentado a través de todo este largo tiempo, hemos encontrado una capacidad de amor que francamente es transformadora.
Esta semana mientras el sacerdote hablaba sobre el ayuno, la oración y la limosna, yo pensaba en mis adentros que todas estas son expresiones de amor. Y son expresiones que hemos cultivado en estos últimos 12 meses. Y todos hemos crecidos a través de ellas. Hemos aprendido a ser más solidarios con el prójimo, lo cual es, de cierta manera, limosna. Hemos aprendido a cuidar de nosotros mismos, del contenido que recibimos y vemos, de lo que decimos y hacemos; y eso, a mi parecer, es ayuno, y el ayuno no es más que una expresión de amor propio. Finalmente, creo que de una manera u otra, todos nos hemos re conectado con Dios. Entregándonos de la manera que podemos o sabemos a su voluntad. Volver a Dios siempre será la expresión más grande de amor, porque ÉL nunca nos ha dejado de amar.
No necesitamos pertenecer a una religión para poder practicar estas muestras de amor. Al final del día, el amor es lo único que salva, lo único que transforma.
Tengo la convicción que pese a la tormentas que todos hemos pasado durante este último año, hemos crecido en fe, esperanza y caridad. De eso se trata la cuaresma: de dar amor y más amor, de eso se trata la humanidad. Así que en esta última quincena de febrero, enfoquémonos en crecer en amor y más amor.
¡Feliz Viernes! 😊
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